miércoles, 31 de diciembre de 2008

Resúmen gráfico del año

Enero

Pilar Bauza Moreno de nacionalidad argentina, y la española Mercedes García, son cooperantes de Médicos Sin Fronteras, llevaban secuestradas en Somalia desde el 26 de diciembre de 2007, son liberadas felizmente el 2 de enero de 2008.


Febrero

Fidel Castro abandona el poder el 19 de febrero y traspasa el poder en Cuba a su hermano Raúl. La noticia buena es que cesa un dictador, la mala es que le sucede otro de la misma dinastía.


Marzo

Thomas Beatie, de Oregon (EEUU), se ha convertido en el primer hombre embarazado del mundo, según una publicación de este país. Thomas es transexual: nació mujer y se sometió a una intervención para cambiar de sexo, aunque decidió mantener los órganos reproductores femeninos. En cuatro meses será el primer hombre que dé a luz a un bebé. Cada vez nos acercamos a la equiparación, y en este caso concreto a la paridad.

Abril
El barco atunero español Playa de Bakio, en el que viajaban 26 tripulantes (13 africanos y 13 españoles) llega al Puerto de Victoria, en las Islas Seychelles. Liberado, tras la mediación del Gobierno español, después de que fuera apresado durante una semana por los piratas somalíes.

Mayo





El 2 de mayo de 1808 el pueblo de Madrid se levanta contra el mejor ejército del mundo de aquel tiempo, el ejercito francés. Ese día se reflejó «una toma de conciencia de identidad nacional», dijo el Rey Juan Carlos el día del bicentenario.

Junio







La Fundación Príncipe de Asturias anuncia que el premio de Comunicación recae sobre Google.

Julio



El 2 de julio el ejército colombiano rescata en la selva a Ingrid Betancourt después de seis años de cautiverio, se rescataron otros catorce rehenes más de las FARC. Quince personas vuelven a vivir en libertad.



Agosto





El 8 de Agosto se celebró la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín.











Septiembre
Comenzó a funcionar el acelerador de partículas LHC en el laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) de Suiza, la máquina más potente jamás construida por los físicos. Con ella se espera desentrañar los misterios del origen del Universo. Yo no sé muy bien para qué sirve, pero me parece bueno siempre y cuando no se cargue la mitad del planeta.

Octubre



El Ibex 35 registra la segunda mayor subida de su historia
La Reserva Federal ha rebajado en medio punto los tipos de interés
Las bolsas europeas han cerrado todas al alza.



Noviembre


El 10 de febrero de 2007 un joven senador negro con sólo dos años de experiencia en el Capitolio y un nombre sospechoso, Barack Hussein Obama, entra en la carrera hacia la Presidencia americana. El 4 de noviembre de 2008 alcanza su objetivo, con un triunfo histórico sobre John McCain y un reto, sacar al país de la crisis.

Diciembre

Se acaba el año, qué buena noticia.
Dios nos proteja el próximo año, pero por si acaso protéjete tú. Mis mejores deseos para todos.

jueves, 25 de diciembre de 2008

Resúmen de un año

ENERO

Solo, el año lo comencé solo, así lo había decidido, con ganas de acabar las malditas navidades, de que la rutina y la normalidad suplantaran las risas forzadas, las situaciones previstas

FEBRERO

Hablan de la crisis, ¿crisis?, yo vivo instalado en ella desde hace mucho tiempo, no debe ser algo importante, creo que no hablan de crisis, están hablando de dinero.

MARZO

Se fue, con 97 años, como había vivido, sin molestar a nadie, silenciosamente, sin grandes alharacas, por fin sin que fuera doloroso. Fue detrás de él, ahora están juntos para siempre.

ABRIL


Es ley de vida, es la naturaleza, lo lógico, no sufrió, se fue como a todos nos gustaría irnos, esta con él, pero ¿por qué la echo tanto de menos?

MAYO

Por fin sale el sol, no hay crisis que pueda parar a la gente que sale a la calle, buscan ser felices, se creen con el bendito derecho a vivir tranquilos.

JUNIO


Cumplo años, un año más viejo, la verdad es que un cumpleaños no es referencia, lo es más la estatura de tus hijos, o constatar que tienes músculos que pueden doler.


JULIO

En Julio echo de menos el frío, probablemente en Octubre eche de menos el calor, son tonterías estacionales, extravagancias banales, musas perdidas, pero yo creo que no, definitivamente prefiero el frío.


AGOSTO

Cuando todos se van a descansar, yo me quedo trabajando, sigo sin saber quién descansa menos y quién trabaja más. Unas vacaciones pueden ser duras, con algo me tengo que consolar.

SEPTIEMBRE

He trabajo mucho, y ahora cobraré, septiembre me gusta, porque vuelven, porque yo sigo aquí, en septiembre suelo celebrar la navidad, porque cuando estás contento por alguna razón, entonces es navidad.

OCTUBRE

Añoro el calor, siempre lo he dicho, lo mío es el calor, esa luz de la mañana, el frescor nuevo del amanecer, buscar la sombra al mediodía, calor sin ninguna duda.


NOVIEMBRE

Se avecina lo peor, ya no hay tapujos, el cielo se va a caer sobre nuestras cabezas, muy duro, o va a serlo, el sol sigue entrando por mi ventana.


DICIEMBRE

Veo los restaurantes llenos, veo gente riendo, dicen que el próximo año será peor que éste, dicen que los bancos van a ganar menos dinero. ¿Qué será eso de la crisis?


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El baúl de Chus /3

También el amor tiene cabida, el amor de pareja, qué importante el amor, pero como decía el poeta “es tan corto el amor y tan largo el olvido…”, puede ser un asunto de creencias, como no creer y creer,

Pero de lo que hay mucho es de flores, muy bonitas flores, preciosas orquídeas de Vietnam junto con consejos para que la vida sea mas leve. En la voz del alma las rosas ayudan para buscar la felicidad y en alguien especial también hay unas preciosas rosas para alguien diferente. En carta a un amigo, no son rosas las flores, pero estas magnificas imágenes también ayudan a hacer saber urbi et orbe la importancia de la amistad. Otros utilizan las flores para que su cadena funcione y les vuelva de nuevo después de dar tres vueltas al mundo, qué obsesión, es el caso de este Espero Recibirla, que no se corta ni con el titulo.

Algunas presentaciones tienen la música como su motivo principal, yo les llamo karaokes, son unas imágenes, buenas normalmente (las malas no las hemos seleccionado), el texto suele ser la letra de la canción, y como fondo musical un tema determinado que suele dar titulo a la presentación. Podemos escuchar a Plácido Domingo en el cóndor pasa, a Marco Antonio Solís cantando cuando te acuerdes de mi, o un bolerito en esta noche está para boleros, o a Luis Miguel con su canción sueña.

Uno de los temas más recurrentes en las presentaciones que recibimos en nuestro correo son los animales, y de éstos, los más queridos son los perros y los gatos. Ganan por mayoría, casi siempre utilizados para simbolizar la amistad, o el amor, o el optimismo; alguien se pregunta ¿Cuándo empezó nuestra amistad?, y nos da la solución aderezada con unas preciosas imágenes de animales, de una calidad tremenda; esto es un riesgo, porque viendo esas imágenes se puede perder el mensaje, pero da gusto verlo. Aun más calidad tiene FAUNA un repaso de las cualidades más humanas (¿humanas?) de los animales en libertad, el alma se serena con estos consejos y estas imágenes. Pero donde las imágenes y los mensajes llegan a su extremo más bello, es en esta reflexión sobre la Amistad buscando un paralelismo entre las virtudes de los animales y los amigos. Si lo que pretendían era una sonrisa acompañada de la admiración por ese trabajo, lo han conseguido.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

El baúl de Chus /2

Somos tan diferentes que incluso en los pequeños detalles se nota, Chus tiene una infinita colección de ficheritos de esos que recibimos todos y todos borramos, no se como llamarlos, presentaciones, cadenas, pepeeses, ella los guarda, desde hace mucho tiempo, y me los ha mandado, con ellos he hecho esto, a lo que he llamado el Baúl de Chus.

El Baúl de Chus

Para comenzar vamos a empezar el día como dios manda, que ya tendremos luego razones para estropearlo, después de este baño de optimismo estamos en condiciones de bailar, el baile de la vida, que a través de la nostalgia nos da un poco más de chute vital para seguir con el ánimo alto. Vaya día. Este es el momento para ir a la naturaleza y darnos un baño de paisajes, unirnos a la madre Tierra mientras leemos consejos que nos harán ser mejores uniéndonos a la fuerza de todos los elementos, pero si aún no nos hemos encontrado a estas alturas con nuestro mejor tono vital, es el momento de visitar la clínica, en este caso la clínica de la vida, que nos hará curarnos de nuestros problemas más acuciantes.

Todas estas presentaciones tienen un común denominador: piden que se lo envíes a alguien, cuanta más gente mejor, a veces suavemente, así como “no me importa que no se lo envíes a nadie”, lo hace cuando empezamos a ser amigos, a veces con una velada amenaza, en disfruta de la música y léelo, a veces con una amenaza clara, “como no lo mandes se te caerá la nariz”, “Antoñito Martínez no envió esto a cinco amigos y su mujer le dejó por el frutero, le salió un grano en la nariz y le salió una caries en la única muela postiza que tenía (hasta ese momento)”, o a veces la amenaza se liga a trece líneas para vivir, pero olvidemos ese mal rollo.

En el baúl también hay historias, como ésta de Renato, que dibuja un círculo y te ayudará a entender su historia de amor a través de un espejo.

Las historias que se cuentan en estos ficheros son cuentos, jamás cuentos chinos, son indios, y por más vueltas que le he dado no logro saber, ¿quizás los indios tengan mas recursos para la autoestima?, no lo sé, esos cuentos se basan en cosas que nos pueden ayudar, por ejemplo el secreto para ser feliz, algunos cuentos indios son un poco tristes, pero hacen pensar, como las etapas de la vida

martes, 23 de diciembre de 2008

El baúl de Chus

Introducción

Chus es mi amiga. Jamás nos hemos visto, Chus es de mi misma edad, más o menos, nuestros gustos son dispares, apenas nos oímos la voz, como mucho cada cuatro o cinco meses o más. No hay tensión sexual entre nosotros, ella está felizmente casada y yo soy un desastre, ella es setecientas veces mejor que yo, en todos los aspectos, ella vive en un sitio y yo en otro alejado geográficamente, y un buen día, que no se fijar, conocí a Chus, bueno, conocer en el sentido contemporáneo de la palabra, hablamos a través de Internet sólo porque ambos tenemos una afición común. Y desde ese día, vete tu a saber por qué, hablamos diariamente, y Chus se ha colado en mi vida; supongo, presumo, creo, que yo en la suya. Nos contamos nuestras cosas, nos decimos nuestras alegrías, hacemos risas, me ayuda en los momentos bajos, le ayudo en sus momentos bajos, Chus es técnicamente mi amigo, sí, en masculino, porque ambos sabemos y respetamos la circunstancia personal del otro y yo le cuento a Chus cosas que cuando era joven sólo le contaba a mis amigos. Dicho esto, no suena mal decir que yo quiero a Chus, un cariño filial, que se traduce en una relación diaria a través de Internet, del msn Messenger, de yahoo Messenger, de los juegos de yahoo.

Y ese es el milagro de la tecnología, de estos tiempos: dos personas absolutamente dispares, con circunstancias personales distintas, muy diferentes, geográficamente separadas, se conocen, se respetan y se quieren, en el sentido menos patrimonial del verbo, y yo no descarto casarme con Chus, así se lo he prometido, cuando dentro de unos cuantos lustros estemos en el asilo y casarnos suponga que nos den una habitación mas amplia, aparte de ser la envidia de los otros abuelitos que nos acompañen.

Con Chus discuto mucho, se enfada cuando llamo vejestorio a alguien, y me regaña tanto como yo a ella, a veces nos dejamos de hablar un tiempo, pero después volvemos a hablarnos, porque es muy cabezona, un poco menos que yo, pero muy cabezona. Pero sobre todo compartimos una amistad sincera y virtual que sabe que a ambos nos gusta que el otro esté ahí. Y a mí me gusta mucho saber que Chus sigue ahí, con los suyos. Chus debe ser muy fea o muy guapa, muy delgada o muy gorda, pero me da igual, sea como sea Chus es mi amiga del alma y así va a seguir siendo.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Navidad

Una semana dura, quizás las dos más duras que yo he sufrido durante muchos años, no es precisamente ésta, son las navidades, ese periodo de tiempo en que tenemos que gastar más dinero que habitualmente, en el que tenemos que ser felices por obligación y en los que siempre se hacen deseos de ser mejor, de comportarte bien, de no volver a ser un patán y que sé yo cuántas cosas más. La triste realidad es que después las cosas siguen siendo poco más o menos igual, que hemos materializado nuestra alegría en unas cuantas copas de más y unas cuantas calorías de más, y que el mundo sigue siendo este desastre en el que convivimos la mayor parte del año sin ganas de ser felices.

Yo procuro en esta época desaparecer del mapa, no existir, ser el habitante de la isla más metido en su propia isla interior y no estar en grupos numerosos que me hagan recordar lo bueno, lo malo, los que se fueron y los que se van a ir. Lo cierto es que me cuesta un trabajo ímprobo lograr estar solo en esas fechas señaladas porque nadie logra entender que a mí me gusta estar solo esos días. Las navidades necesitan de grupos numerosos y es un delito de lesa humanidad dejar a nadie solo, y es casi imposible conseguirlo.

Paseo por la plaza y el frío no aparta a la gente que se mueve de un lado a otro con sus bolsas, con sus prisas, con sus fiestas, la crisis parece que no ha hecho mella en las costumbres y la gente se reúne para celebrar la alegría de estar vivos, todo sigue igual.

En un tiempo me gustaban las navidades, en casa había niños y las navidades eran una magnifica excusa para disfrutar de ellos, pero lo cierto es que el hecho de que haya niños en casa ya es un motivo de satisfacción con o sin navidades, porque no hay nada que dé más vida a una casa que un pequeño.

Y me propuse escribir incluso en estas fechas, y juré que procuraría que no fuera triste, ni que se me notara demasiado que estoy loco porque llegue el día siete de enero, y, si fuera posible, poner una sonrisa en tu cara aunque sea navidad.

Así que lo que se me ocurrió es pedirles a algunos amigos que me enviaran algo, lo que ellos quisieran, para publicarlo aquí, en este rincón de la isla, porque aprovecho para aclarar que Icaria es una isla, con eso cubriré este periodo de tiempo.

El resultado será variopinto, pero interesante, y aquí lo contaré durante estos días.

Lo cierto es que es una buena excusa para trabajar menos, así que si te animas a mandar algo te agradeceré tu aportación a mi (escaso) espíritu navideño.

icariacafe arroba gmail.com

viernes, 19 de diciembre de 2008

Amor adoptado /3

Eduardo, mi amigo, el conductor del director del Teatro Real, que no me da una entrada para amigos y conocidos así le pase por la tortura malaya, varios días después me sorprendió aún más. Me contó que había estado toda la semana yendo a buscar al hotel a un compositor alemán que estaba muy enfermo, y que le tenía que llevar en coche los escasos cien metros escasos que separaban su hotel del Teatro Real. Coño, si es el que ha salido en El País, y su novio me contó que era su hijo, menuda historia. Y Eduardo me dijo la realidad, que supera la ficción. Eran pareja efectivamente desde hacia muchos años, Hans Werner Henze era un joven muy atractivo y un compositor precoz, a los 12 años comenzó a componer, era atractivo, y muy solicitado en su país natal, Alemania, Una actriz, de cierta fama se enamoró de él, le persiguió, y un día él le tuvo que decir la cruda realidad, a él le gustaban los hombres, aunque apreciaba su amor. Era un amor imposible. Era tal el amor de aquella joven por el maestro, que se suicidó, y fue un escándalo en la sociedad alemana de la época. Al maestro Henze le afectó muchísimo la noticia, hasta el punto de cancelar todos sus compromisos y tomarse un año sabático, en un momento de su viaje fue a Italia, donde conoció a Fausto y comenzaron una historia de amor y convivencia que superó los términos de la aventura. En aquel entonces Fausto era un jovencísimo y atractivo muchacho italiano, el maestro fijó su domicilio en Italia y no volvieron a separarse.

La ley italiana no contemplaba la unión legal de personas del mismo sexo, y el maestro no quería que su fortuna se viera negada a aquel que había estado a su lado casi toda la vida, por eso hicieron una triquiñuela legal y un bello gesto de amor, la ley le permitió adoptar legalmente a Fausto ya crecido, y en ese acto Fausto adoptó el nombre de Fausto Moroni Henze, legalmente el único heredero de la fortuna del maestro, realmente el reconocimiento de lo que las leyes no reconocen.

Pero aún hubo más fondo en esa historia, porque en 2006 Fausto, con 63 años, falleció en Italia junto al maestro, no pudo heredar cantidad alguno, solo el cariño y el reconocimiento, y dejó a Hans Werner Henze de nuevo en la mas terrible soledad sin amado y sin hijo, sin apoyos en los que sujetarse, ni ojos que vieran por él. Sus sinfonías sonarán más tristes después de aquel día porque el maestro aún vive a finales de 2008 a sus 82 años, con su mala salud de hierro.

Allá en el cielo, o en el infierno, de los proscritos no tardarán en volverse a reunir Werner y Fausto y recordarán despacito cada página de una vida a la que no le faltó nada.

© 2008 jjb

jueves, 18 de diciembre de 2008

Amor adoptado /2

Que el maestro era muy famoso, que él le ayudaba, y que me quería confesar algo, que él era su hijo. Yo la verdad ponía cara de normalidad para evitar que se me viera la cara de amiquemeimportaesto bastante menos elegante y educada, y él seguía hablándome del maestro, su padre, y en un momento el maestro salió del restaurante acompañado de un joven que le ayudaba en sus torpes pasos.

El maestro estaba muy torpe, por los años y posiblemente por alguna enfermedad crónica, su hijo, el italiano, me presentó como un amigo y el maestro me ofreció la mano como lo hacen los obispos, con naturalidad y oficio. Tentado estuve de besarle el anillo pastoral, pero recordé mis convicciones laicas a tiempo y antes de ver que no llevaba anillos. Tenía la mirada tranquila de quien está de vuelta de todo, se sentó en una mesa cercana mientras se tomaba su copita de pacharán, tenía muchos años, muchísimos, o al menos eso aparentaba, muchos mas que Fausto.

Me fui, y aquel hombre seguía haciéndome pensar, ¿su hijo?, si había una diferencia de edad entre ellos, pero no como para ser padre e hijo, ni siquiera para ser hijo adoptado. Ambos tenían, y no parecían querer ocultarlo, un cierto toque homosexual, muy fino, apenas perceptible, una plumita, nada. Y aquellos halagos que le hacía, el mejor compositor del mundo, cosas veredes.

Al día siguiente, domingo, leía los suplementos dominicales, y de repente en el País Semanal aparece aquel articulo que titulaban “El sabio de la música” firmado por Jesús Ruiz Mantilla, y allí en las fotos aparecía aquel anciano que me había estrechado la mano el día anterior, que era un mito vivo, el no va más de los compositores contemporáneos, 30 operas, 10 sinfonías, 10 ballets, aclamado en todos los sitios, y con mas de tres páginas en ese suplemento. Era Hans Werner Henze que había venido a Madrid a dirigir su opera ‘L’upupa’, y Fausto, Fausto Moroni, del que El País decía que era su pareja desde hacía más de 40 años, había venido con él como siempre desde entonces, a ayudarle, acompañarle, a ser sus ojos y sus piernas. Comprendí la gran mentira de aquel hombre que me había dicho que era el hijo del maestro, por no decirme que era su amante desde hacía muchísimos años, de toda la vida, pero me sorprendió el amplísimo reportaje, y no tanto mi incultura sobre temas de Opera, inaceptable habiendo nacido al calor del templo de la Opera de Madrid.


© 2008 jjb

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Amor adoptado

Fausto bebía vino blanco, mucho vino blanco, le gustaba especialmente el de Rueda, pero no le hacía ascos a ningún otro tipo. Tenía un español potente con un fuerte acento italiano, y gesticulaba como un italiano, Fausto era italiano, debió ser un apuesto joven y de aquella belleza post adolescente aún le quedaba un poco de coquetería levemente femenina.Estaba en una vieja taberna cerca del Teatro Real y al ver que los camareros me trataban cordialmente, empezó a hablar conmigo, yo respondía a sus preguntas y sus comentarios con la distancia suficiente para tomar medidas en cuanto dejara su tono educado. La ciudad te hace poco a poco esa costra que te defiende y te distancia, pero que sobre todo, evita dolores innecesarios.Hablaba alto y hablaba mucho, apoyando sus palabras con “como si diche” y poniendo a sus manos como un elemento más de la conversación. No se si me habló de las altas temperaturas para el mes del año en el que estábamos, las maravillas del vino blanco español, o qué se yo, me dijo muchas cosas, y yo aprendí a responderle con un leve rictus que simulaba una sonrisa.Era una tarde de diciembre de 2004 y aquel hombre seguía bebiendo vino blanco cuando le tendí la mano y le dije que debía irme, ya nos veremos amico, dijo él, y yo me fui pensando si aquel hombre tenia incontinencia verbal, quería ligar conmigo o simplemente quería relacionarse con los nativos. Tampoco me importaba demasiado.Después de unos días, en el mismo sitio, salió como una exhalación del salón que hacía las veces de restaurante, y a voz en grito me decía, questo e una merda, la sopa de ajo no tiene ajo, ni sopa, e una merda, antes era un buen sitio, ahora non e uno buono sitio. De nada me sirvió decirle veinte veces que se lo dijera al maitre, ni que yo nada tenia que ver con aquel establecimiento, salvo ser cliente habitual del mismo y decirle que era un sitio de calidad, estaba muy enfadado, y quería gritar sus verdades.Por allí pasaba Pedro y le llamé, jamás me perdonará el detalle, diciéndole al vociferante italiano que él si era de la dirección, y le soltó palabra por palabra el discurso que me había soltado a mi previamente, sin escatimar ni un merda ni ningún otro epíteto descriptivo. La cara de Pedro estaba entre el odio hacia mi y la aceptación de la critica, pero aquel hombre parece que se calmó evacuando la perorata, y por las explicaciones que le daba Pedro mientras me clavaba sus puñales visuales.Pedro se fue no sin antes afear mi conducta, aquel hombre se fue al restaurante, Pedro dejó dicho que les invitaran a unos espirituosos, y al cabo de un rato aquel hombre volvió y se sentó junto a mí. Yo me temía otra repetición del discurso, pero el tono era otro y las palabras eran distintas. Me contó que estaba con el maestro mas de cuarenta años, ¿Qué maestro?, el mejor compositor del mundo, la única leyenda viva de la opera, el que estaba dirigiendo su opera en el Teatro Real, el maestro.

© 2008 jjb

martes, 16 de diciembre de 2008

Para María /y 7

Me preguntaste si tenía una carencia afectiva, y sí, no como la de Baudelaire que fue causada por la muerte prematura de su padre, no es mi caso. Mi problema es que no me quiero yo, y tengo una gran necesidad de mi propio amor. Todos tenemos necesidad de querer y ser queridos, también de ser útiles, de poder hacer algo por los demás. Y yo, desde hace muchos años, no me quiero nada, me veo incapaz de poder hacer algo más que pasear mi sombra sin ser demasiado observado, de penar mi destino sin que nadie pueda acceder a mí, sin vínculos ni lazos, ajeno a la vida y esperando que pase lo antes posible, y ahí llegaste tu insuflándome aire fresco en una vida que había perdido el norte.

Desde lo más profundo de mi tristeza eterna yo, María, te confieso que te amo como nunca antes me había ocurrido, que eres la única causa para que diariamente tenga una razón para vivir, que iluminas diariamente mi triste existencia y que hoy he querido decírselo a este trozo de papel porque nunca me atreveré a contártelo. Sólo espero que algún día, en algún lugar del mundo, alguien pueda decirle lo mismo que yo te estoy diciendo ahora desde mi escondite, frente a frente, a la mujer que ame, para que ella sepa lo que es capaz de hacer sentir en un hombre. Yo no puedo, soy un cobarde.

Solo te diré algo más,”

Y ahí acaba la misiva. Con esa enigmática coma que prometía nuevas sorpresas. María volvió a doblar el papel, muy despacio, dejó que las lágrimas rodaran por su cara buscando el suelo, pero no perdió la sonrisa que había comenzado con el segundo párrafo de la carta, y jamás la volvió a perder. De vez en cuando, cuando el mundo de María se hace un poco más inhóspito, María acude a ese lugar donde duermen los sueños de un loco, y vuelve a leer, con su sonrisa y sus lágrimas, aquellas palabras que sabe de memoria.

En Madrid, a 14 de Julio de 2003
© 2008 jjb

lunes, 15 de diciembre de 2008

Para María /6

Ya en casa, María apenas podía recomponer la película de la locura, sólo recordaba a aquel hombre gris que fue el único que se levantó para defenderla y lo pagó con su vida, y hoy, hubiera dado su vida por conocerle un poco mejor, por haber sabido algo mas de él, por, al menos, saber su nombre. Pero tenía su libro, que mágicamente se abrió por la página 77, en la que había un papel doblado en cuatro dobleces.

Temblando lo abrió, como si estuviera invadiendo la intimidad de alguien y con aún las lágrimas sin secar en sus ojos, leyó lo que nunca hubiese querido leer.

"Para María:

Sé que nunca me atreveré a darte esta carta, pero debo escribirla, quiero que sepas que la única razón por la que voy al Café todas las tardes es por que tú estas allí, debes saber que estoy enamorado de ti y que soy incapaz de poder decírtelo, de poder demostrártelo y además tengo la seguridad que tampoco podría cumplir contigo como un hombre porque por un terrible accidente que tuve, sufro de una impotencia irreversible. Mi amor es sólo mi ilusión, y te quiero tan profundamente que me resulta complicado expresarte lo que me haces sentir con solo tu presencia. Ese accidente fue causado por mi hermano, drogodependiente y la peor persona que he conocido, murió un año después cuando la policía le descubrió atracando una gasolinera; cuando murió, en su habitación, había una foto tuya, y así supe que había estado contigo y que había sido una fuerte experiencia para él, a pesar de que seguramente fuera una amarga experiencia para tí. Pero yo no voy a saldar ninguna deuda afectiva de mi hermano, yo sólo deseo estar a tu lado el mayor tiempo posible, sentirte cerca, verte sonreír, y empaparme con la vida que desprendes.

Sé que no ocurrirá, pero si hubiera sólo un momento en el que te pudiera demostrar mi amor, un sólo momento en el que pudiera hacerte ver lo mucho que significas para mí, sería el hombre más feliz del mundo. Pero no ocurrirá y seguiré aquí castigado a ser ajeno a todo, mientras me come por dentro mi pasión por ti.
© 2008 jjb

viernes, 12 de diciembre de 2008

Para María /5

Una tarde de abril, se volvieron a repetir las mismas formalidades de la tarde anterior, se volvía a representar la misma obra en el mismo café, "lo de siempre", "si", el libro, las miradas, las idas y venidas de algunos clientes, el silencio de murmullos, la música de las conversaciones, otra tarde igual que las demás. Pero esa tarde entraron por la puerta dos individuos que se acercaron a la barra y, sacando una pistola, amenazaron al encargado y a María para que les diera el dinero de la caja, a esas horas el dinero de la caja era poco, muy poco, porque la recaudación de la mañana había sido llevada al banco, y los escasos cafés de la tarde apenas representaban unas monedas, los ladrones no estaban conformes, y lo peor de todo, estaban muy nerviosos. Empezaron los insultos y los gritos, empezaron las explicaciones del encargado que sonaban vanas entre tanto grito y violencia. En un momento determinado, el de la pistola, rodeó con sus brazos el cuello de María mientras le apuntaba a la sien con su pistola, María estaba viviendo entre el terror y la presión en su cuello los segundos mas largos de su vida, los gritos y los insultos crecieron reclamando más dinero que no había, y él, el de la mesa catorce, se levantó despacio de su silla, avanzó lentamente hacia el pistolero y frente a frente, sin gritos ni estridencias, le dijo: "suéltala", con un tono de voz tan firme que le sorprendió a sí mismo al menos las dos primeras veces que lo dijo, pero no hubo oportunidad de decir una cuarta, porque al oír la tercera un estruendo paralizo la vida del Café y fue seguido por el silencio y por el ruido de la caída del cliente de la mesa catorce al suelo. Los ladrones se dieron a la fuga como almas que lleva el diablo, fueron detenidos horas después por la autoridad competente y puestos a disposición del juez de guardia. Él, yacía sin vida en aquel espacio del Café, que después seria marcado por una tiza y después limpiado con jabón, agua y lágrimas de María. La policía revisó todos y cada uno de los rincones del Café, sacó fotos, tomó huellas, preguntó, pero olvidaron en la mesa catorce un libro, gastado y ajado, de Baudelaire. María lo vio y lo guardó en su bolso.
© 2008 jjb

jueves, 11 de diciembre de 2008

Para María /4

De su vida anterior sólo quedó esa profunda alegría de haber vuelto a nacer, su viejo amor por la literatura en general y la poesía en particular, y unas tremendas ganas de vivir cada momento como si fuera el último y alejarse de todo aquello que le pudiera suponer tristeza, dolor o simplemente vértigo. Se acostaba sin tapujos y sin reservas, con quien quería y cuando quería, solo le ponía una condición no dicha, que solo se metiera en su cama y no en su vida, y la vida era para ella razonablemente llevadera aunque de vez en cuando la sombra del canalla aparecía entre brumas y le devolvía a un pasado ya superado, pero nunca olvidado.
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María veía a aquel joven gris de la mesa catorce todas las tardes, y lo único que sabia de él era que tenia un ejemplar muy gastado del mas famoso libro de Charles Baudelaire, que aparentemente su vestuario era poco variado, que espiaba a los clientes tras el parapeto de su libro, y que miraba movimientos de gente en general, pero no el culo de las chicas, ni las piernas, ni las camisas ajustadas como hacían algunos obsesos clientes del café. No hablaba mucho, ni poco, porque no hablaba nada, y no daba problemas de ningún tipo salvo estar tres horas ocupando una mesa con un solo café, pero las horas en las que estaba no eran las de mayor afluencia de gente, y la molestia esta relativizada por la carencia de necesidad de la mesa. Tenía una mirada lejana y furtiva, que parecía, a veces, mostrar una activa vida interior que hasta el momento nunca había salido, pero el resumen general de aquel hombre para María era individuo inclasificable carente de interés.
© 2008 jjb

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Para María /3

Siempre había deseado ser una de esas personas que tiene la respuesta brillante en el momento adecuado, esos que responden de manera aparentemente automática a las mas complicadas cuestiones, pero no lo era, y jamás se arrepintió tanto de aquel no sé que a duras penas salió de su boca para estrellarse en el vacío, aún más evidente cuando ella se dio la vuelta y se fue nada mas escucharlo. Y ahí empezó su tormento, ahí empezaron a plantearse las preguntas que, como siempre, eran muchísimo mas numerosas que las respuestas. Ahí empezó ese gran suplicio que es el interés por algo desconocido, tratado con las limitaciones de un alma débil y un cuerpo alimentado por la duda y la inconcreción. ¿por qué lo habría dicho?, ¿Cómo es posible que hubiera otra persona que conociera de la carencia afectiva de Charles?, ¿habría leído ella algunas páginas mas además de la 74?, ¿por qué estaba anticuado?, ¿qué edad tendría?, ¿por qué sonreía siempre?, y así, buscando teorías posibles basadas en hechos desconocidos, intentando buscar más respuestas a las cada vez más numerosas preguntas pasaba las tardes en aquel café que a partir de aquel día, era testigo de todas sus tardes, menos las de los miércoles en los que el café cerraba.

El tiempo no era referencia en su vida, y así pasaban las semanas y los meses, siempre con el mismo libro, siempre en la misma mesa, y, desgraciadamente, siempre con el mismo dialogo: "lo de siempre", "si", "ahí te dejo el dinero, hasta mañana", "adiós". Solo con la ínfima excepción de los martes que ponían una licencia mínimamente personal al dialogo introduciendo un "hasta mañana no, hasta pasado", la escena se repetía tarde a tarde, pero él tenía oídos, y la gente hablaba, y el tiempo le daba la oportunidad de construir la vida de aquella que había resistido ser su amor en silencio durante más de los veinte segundos de amor que hasta entonces solía dedicar.

Se llamaba María, había llegado a la ciudad desde su pueblo natal para estudiar en la Universidad, y así seguía a los ojos de sus padres, pero la ciudad le había atraído por otros caminos menos académicos y mas lúdicos. Fue reina de la noche, unas cuantas noches y esclava de los días durante muchos días. Se enamoró de un canalla y se casó con la droga, y aquel juguete roto que llegó a la ciudad y cogió lo peor que la ciudad le ofreció, pudo divorciarse de la droga y, con más dificultad, olvidar a aquel canalla. No fue fácil, y ella sabia que no era fácil dar marcha atrás en esa situación, pero lo consiguió, y desde ese momento se sintió una privilegiada a quien la naturaleza le había dado una segunda oportunidad que normalmente siempre niega.
© 2008 jjb

martes, 9 de diciembre de 2008

Para María /2

El caso es que aquella tarde, cuando entro en aquel café, con la mirada huida, su ropa tan impersonal e indefinible que le permitía pasar desapercibido en cualquier lado, desde una boda hasta un entierro, nadie se fijaría en alguien así, con su eterno libro bajo el brazo, un ejemplar sobado y ajado de Las Flores del Mal de Baudelaire, su única concesión al exhibicionismo, también moderado, porque nadie se solía atrever a preguntar sobre un libro de un autor prácticamente desconocido salvo algún pequeño recuerdo reciente de unas clases de literatura olvidadas con rapidez. Se sentó en la mesa mas apartada y se dedicó a su afán mas repetido, abría su libro por la pagina 74 y releía machaconamente la pagina mientras disimuladamente observaba el movimiento de la gente del café a través del minúsculo hueco que había entre sus gafas y sus ojos. Así pasaba horas, y así tuvo la oportunidad de saber de memoria los versos de la página 74, desconociendo la página 75, y por muchas más profundas razones la pagina 73.

Una mujer joven, de edad indefinida, pero identificada por él como de su edad, de mirada limpia y profunda, con una sonrisa verdadera pintada siempre en su boca, de pequeña estatura y manos inquietas, le saludó, y le pregunto qué iba a tomar. El se volvió a enamorar de una desconocida, solía ocurrirle varias veces al día, en un tic involuntario que le obligaba a enamorarse de cualquier mujer que le dirigía la palabra, para, a continuación, imaginar la vida de ella, recrearla, inventarle una nueva acorde con sus gustos, y después abandonarla. Todo ello solo existía en su imaginación, pero era mucho mas divertido que la observación de los demás mirando al libro.
Pidió un café y ella se fue, no tardó mucho en volver, cuando él ya estaba a punto de abandonarla en su imaginación, y de repente, ella, en vez de decirle el precio de su consumición le dijo las palabras mágicas: "permíteme una pregunta, ¿lees a Baudelaire porque es un magnifico poeta anticuado, o porque tu también tienes una carencia afectiva?"
© 2008 jjb

lunes, 8 de diciembre de 2008

Para María /1

Llegaba el día, y seguía sin saber qué regalarle, era un ejercicio continuo desde el sentido común al desatino. Pensaba primero en una colonia, en un pañuelo, quizás en unos pendientes, pero de inmediato se apoderaba de él la constancia de que no le gustaría, de que le pediría el ticket para ir a cambiarlo. Porque las mujeres son muy raras, y basta que esa colonia tenga tres milímetros menos de frasco que la que ellas utilizan, para que no les guste, basta que el pañuelo tenga como motivo un pájaro, para que esté anticuado, por mucho que las calles estuvieran llenas de pañuelos de pájaros hace apenas unos meses.

No, por ese camino jamás llegaba a ninguna conclusión, sus miedos eran muy superiores a sus certezas, y eso, al fin y al cabo, era el resumen de la historia de su vida desde que tenia constancia de ella.

Miedos y zozobras que le hacían dar vueltas y vueltas sobre el mismo tema y que le empujaban a una resolución rápida, de último momento, muchas veces equivocada y la mayoría de las veces no asumida como su propia decisión. Era un mecanismo de autodefensa que le permitía ser ajeno de sus propias decisiones, que hacia posible la convivencia entre su permanente duda y una vida que rodaba muy deprisa, demasiado deprisa para él.

Por eso apenas tomaba decisiones, procuraba pasar inadvertido y no relacionarse con nadie, para reducir el número de decisiones, pero siempre había alguna que tomar.

Una tarde entro en un café, uno de esos viejos cafés que sobreviven milagrosamente al celo destructor de los bancos y las franquicias americanas, de esos en los que la suciedad de las paredes forman parte importante de la decoración y son testigos mudos de mil batallas libradas alrededor de sus mesas de mármol. Antes, esos cafés tenían camareros que también parecían ser parte de la decoración y haber sido los fundadores de esos establecimientos, pero el tiempo no perdona, y el relevo generacional transforma el ambiente de esos viejos cafés, porque al mismo tiempo que los camareros rejuvenecen, también lo hacen los clientes, y en un momento dado se cambiaron las corbatas por la más desenfadada vestimenta, y aquel café pasó de ser un resto del pasado a ser el lugar de más moda en la ciudad, para, años después, volver a ser el viejo dinosaurio atemporal y anacrónico que fue y seguirá siendo hasta que los caprichos de eso que llaman moda, le vuelva a convertir en un local a la última.

© 2008 jjb

viernes, 5 de diciembre de 2008

Benito

Vino de su Extremadura, a donde vuelve cuando puede. Llegó como llegaron tantos en aquel tiempo, porque sencillamente no había trabajo en su pueblo y tuvo que probar suerte en la gran ciudad. Armado de su mayor fuerza, sus ganas de trabajar, y con un envidiable sentido común que nunca le ha abandonado, se buscó la vida en aquel Madrid. Trabajó de camarero y haciéndolo acabó en el Café de Oriente en la plaza del mismo nombre en la que está el Palacio Real en Madrid. Cogió una habitación en una pensión, y después de trabajar buscaba también la complicidad de la ciudad para hallar lo que todos los jóvenes del mundo buscan y han buscado.

Benito se convirtió en una institución en el Café de Oriente, allí estaba siempre con una palabra amable, una broma o una sonrisa, se casó, tuvo hijos, y desde que yo le conozco no ha parado de trabajar. Viene diariamente en su moto, se cambia de ropa para ponerse su uniforme, se atusa el pelo, y tose después de tomarse un café. El pelo lo tiene blanco, porque los años pasan, pero para él pasan despacio. Benito es mi amigo, su historia es una historia importante, pero previsible, su trabajo, su familia, su pueblo. Ha sido buen todo, buen padre, buen marido, buen trabajador; razones por las cuales jamás saldrá en los periódicos.

Un día, estando en el Café de Oriente se coló un pájaro, un humilde gorrión de ciudad, que empezó a moverse como Pedro por su casa por el Café. Al principio la gente se molestaba un poco, al fin y al cabo los gorriones están vivos, se mueven, hacen cosas, pero el gorrión entraba y salía con absoluta libertad y se convirtió en un elemento mas del Café, como las mesas, como los clientes, como Benito.

El gorrión era absolutamente libre, no estaba amaestrado, hacía lo que quería, que fundamentalmente era comer las migajas que dejaban los clientes, beber agua de la barra de zinc y dormir en cualquier sitio que hiciera un poquito de calor en invierno y un poco de fresco en verano.

El caso es que un día, en el que no debería haber mucho trabajo, algún compañero de Benito dijo que el pájaro no tenía nombre, y así era. Empezaron a darle vueltas al asunto, buscando nombres, hasta que a alguien se le ocurrió, Benito.

Y con ese nombre se quedó el gorrión, Benito. A partir de entonces y por algún motivo desconocido, el nombre se hizo común entre los que allí trabajaban y los clientes. El gorrión Benito era casi más conocido que el camarero Benito, pero el camarero estaba tan contento con su ahijado, que no le importaba su rápida fama.

Un día aparecieron por allí los de la televisión, y empezaron a grabar al Benito que volaba, hicieron un bonito programa que explica gráficamente la vida y milagros de Benito. Gracias a la tecnología, aún hoy se puede ver aquel reportaje de Benito y el Café de Oriente.

Después de aquello la fama de Benito aumentaba, él seguía saliendo y volviendo, pero un día Benito se fue y no volvió más, quizás la ciudad le tendió una de sus trampas, posiblemente se perdió en algún camino, probablemente realizó su tránsito al cielo de los gorriones.

Benito dejó un vacío en el Café de Oriente, pero unos meses después llego otro gorrión que no era Benito, pero que empezó a serlo, y desde entonces, desde hace años, siempre hay un Benito de inquilino, el otro Benito, el humano, se ha trasladado a la Botillería del Café, un poco más allá.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Wal Mart

En aquella película en la que descubrimos que Travolta no solo podía ser un hortera sino también un malo malísimo, en una escena decía que lo que más le sorprendía no era que el gobierno americano hubiera perdido una bomba nuclear, sino que hubiera un nombre previsto para esa circunstancia. Y es que los americanos tienen un nombre para casi todo, por ejemplo el Black Friday (viernes negro) justo el viernes siguiente al jueves en el que se celebra el día de Acción de gracias y día en el que comienzan las ventas navideñas, haya crisis o no haya crisis.

Este año había incertidumbre el pasado viernes, no se sabía muy bien qué podría ocurrir. En Long Island, en el centro comercial Green Acres de Valley Stream, una tienda de la cadena Wal Mart estaba preparándose para abrir, fuera había tanta gente que los malos presagios se estaban desvaneciendo.

Bill, al que habían contratado temporalmente para las tareas navideñas, junto con su compañero Jimmy Overby, estaban a la espera, cuidando cada uno de los detalles necesarios.

A la hora señalada los compañeros de seguridad abrieron las puertas, y en ese momento un grupo de unas doscientas personas, según Jimmy, “sacaron las puertas de las bisagras y derribaron y pisotearon a Bill”. Cuando aquella multitud desapareció, Bill estaba allí tumbado, sin moverse, se acercaron a verle, y comprobaron con sorpresa, que Bill estaba muerto.

Después llegó el rito de la muerte, que ahora recibe el nombre de protocolo, los servicios de urgencia solo pudieron certificar el fallecimiento, alguien tapó el cuerpo con papel de regalo, el juez hizo el levantamiento del cadáver, y el señor Smith, encargado del establecimiento, decidió que Bill hubiera querido que siguieran trabajando y animó a sus empleados para que trabajaran más y mejor en su memoria. Nadie sabía cuál era la opinión de Bill, porque apenas llevaba dos días trabajando, pero lo que estaba claro es que perder las ventas del viernes negro no era lo más adecuado.

Y el viernes negro siguió en aquella tienda con los empleados sin lograr quitarse de la mente que podían haber sido ellos, con la mirada que huía de la nada a los movimientos de la masa, con el deseo de hacer el día mas corto, con la esperanza que esas horas fueran un ratito y, mientras tanto, los clientes se movían ajenos a los miedos de los empleados, invadiendo la tienda.

Lo que estaba muy claro es que el año que viene habrá mas bajas el viernes siguiente al jueves de Acción de Gracias en ese establecimiento de Wal Mart, y que los apreciados clientes que mataron a Bill ni lo saben, ni les interesa.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Julieta /3

Bob llevaba en la policía de Nueva York el tiempo justo para estar curado de espanto, tenia la convicción de que nada podría ya sorprenderle, y un día sí y otro también veía algo que superaba lo anterior y subía el nivel de sorpresa. Y casi nunca lo que veía era bueno. Aquella trifulca callejera no era crítica, pero sabían perfectamente que aquello podía ser el comienzo de algo muchísimo mas grave. Aparentemente a un tío golpeando un caballo y un grupo de ciudadanos airados tratando de lincharle. Estaba en esa encrucijada complicada que se presenta a menudo y que algunos grupos ecologistas o personas aisladas abordan de manera diferente que la policía de Nueva York. Entre defender al hombre a punto de ser linchado o al animal maltratado, los policías defendieron al hombre, quizás de manera equivocada, quizás siendo unos extremistas, aplicaron el sentido común para escándalo de los protectores del animal que cada vez tenían más ganas de sangre humana.

Después le pidieron explicaciones al hombre, que les dio la documentación de su caballo, que les enseñó su licencia, el contrato de compra de Julieta, que había comprado por 1.700 dólares un año antes, les habló de su veterinario aun al teléfono presa del pánico, y una vez explicó los detalles, se desmoronó y se puso a llorar como sólo los dueños de un caballo que se llama Julieta pueden llorar.

Aquello fue entendido como una asunción de responsabilidad por los ciudadanos decentes, que incrementaron sus protestas desde cierta distancia, a la que habían sido conducidos y ahora vigilados, por la policía.

Antonio lloraba por Julieta, es cierto, pero también lloró por si mismo, por su futuro incierto para ganarse el pan en aquella ciudad, teniendo como tenia una mujer y dos hijos con la mala costumbre de comer todos los días.

martes, 2 de diciembre de 2008

Julieta /2

Mary Calnnon pasaba justo por enfrente del Hotel Ritz aquella mañana inhóspita de Nueva York, y vio lo que no podía creer que estuviera pasando. Nunca había sido militante de los movimientos verdes, ni de ninguna sociedad de defensa de los animales, pero era sensible a las campañas que desde hacia años intentaban convencer a los ciudadanos de dar un trato correcto a los animales, nunca quiso tener un animal de compañía en su pequeño estudio del Village.

Comprendió inmediatamente que enfrente uno de los conductores de coches de caballos de Central Park, evidentemente contrariado porque su animal no quería trabajar y se había sentado en el suelo, estaba dándole patadas cada vez más violentas y sucesivas al pobre animal. Mary no fue la única, porque más gente se arremolinaba para ver aquello, que era más escandaloso según pasaba el tiempo, y arrancaba mas gritos de protesta y mas actitud airada de los que allí contemplaban aquel extremo maltrato animal gratuito. Aquel numeroso grupo se dirigió a una posición más cercana al maltratador de animales, al mismo tiempo que aumentaban el número y el volumen de las críticas, pero el maltratador lejos de amilanarse parecía envalentonarse con las críticas y cada vez golpeaba con más saña al pobre equino.

Encima prácticamente de él, los más radicales de aquel grupo espontáneo de buenos ciudadanos, al ver que el agresor no deponía su actitud, empezaron el contacto físico, al principio con empujones y después con agresiones. Cada vez era más tensa la situación, pero aquel monstruo seguía golpeando al caballo, que parecía estar muerto ya como consecuencia de la brutal paliza.

Las sirenas perennes en las calles de Nueva York aumentaron de intensidad de repente anunciando la llegada de los coches azules con las letras NYPD en grandes caracteres, de ellos bajaron corpulentos neoyorquinos de raza negra que mientras se iban poniendo las gorras y guardando sus porras, intentaban disolver aquel grupo de ciudadanos que rodeaban al hombre que daba patadas a un caballo.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Julieta /1

Antonio Provenzano, posiblemente llegó a Nueva York desde Puerto Rico, quizás desde México, o probablemente desde cualquier otro país en donde los Provenzano habían emigrado previamente desde España algunos siglos antes. Buscarse la vida en Nueva York no es fácil, como no lo es en ninguna de las grandes ciudades, pero Nueva York es el modelo de todas las grandes ciudades, el lugar donde puede encontrarse todos los defectos y virtudes de las grandes ciudades.

Antonio paso por una cantidad importante de trabajos hasta llegar a un puesto de importancia, era uno de los pocos conductores de los coches de caballo que pasean a los turistas por Central Park desde la Quinta Avenida. Bonitos coches de caballo para los guiris que tanto juego dan en las películas de Nueva York.

El 15 de Septiembre amaneció lluvioso en Nueva York, Antonio fue a buscar a su caballo, a quien llamo Julieta porque decía que todo el mundo se enamoraba de ella, a su establo en el West Side en la calle 38, cerca de la Avenida 11. Desde allí recorrió el camino hasta su parada frente al hotel Ritz Carlton para empezar su jornada, pero al llegar allí Julieta dio síntomas de estar enferma, posiblemente un cólico, que le hacia mostrar violentamente su mal. Antonio no se lo pensó y llamo inmediatamente a su veterinario con su teléfono móvil, apresurado y nervioso, le explico los síntomas y el veterinario no dudo, golpeale lo mas fuerte que puedas en el lomo, en su corazón para estimularlo, dale patadas, lo mas fuerte que puedas.

Y Antonio empezó su masaje cardiaco de inmediato, poniendo su alma en ello, porque era consciente que la vida de Julieta pendía de un hilo. Cuantas más veces y con mas fuerza golpeaba a Julieta, sabía que había más oportunidades que su corazón reaccionara y volviera a la vida, el veterinario le animaba a ello, y Provenzano, con dolores en la pierna por las patadas, cada vez le golpeaba más fuerte.

domingo, 30 de noviembre de 2008

El ciudadano horizontal /2

Yo supe de otros ciudadanos horizontales en otras épocas. Hace muchos años, en aquellos tiempos, a pesar de una dictadura, también había hombres sin techo aunque esa nomenclatura aún no se había inventado. Por el simplismo de la época y la incorrección de nuestro lenguaje de entonces, los llamábamos borrachos, porque así solían estar la mayor parte del día.

El alcohol, de la misma pésima calidad que el que toma ahora nuestro ciudadano horizontal, les hacía a veces ser violentos entre ellos, y había tremendas peleas a cámara lenta que normalmente acababan con una nariz rota, o unos dientes menos, dependiendo del estado de deterioro de los bíceps del contrario. Jamás se metían con personas decentes, y solían ser mas mayores que los que ahora ocupan el mismo territorio que ahora ocupan sus sucesores, su origen era distinto, porque aquellos solo provenían del alcohol y estos vienen de las drogas en general, incluyendo otras que no es el alcohol.

Tantos años no han servido para acabar con ese fenómeno, y si eso es así, algo estamos haciendo mal. Algo falla en una sociedad que durante treinta años tiene los mismos problemas en los mismos sitios. A mi me duele ese ciudadano horizontal porque yo puedo ser igual que el mañana, pero me duele mas que hayamos consentido que haya llegado hasta ahí, a ese filo de la navaja que solo tiene el cartón de vino como salida.

Algunas noches, cuando el frío es más intenso, aparecen unas cuantas personas con termos, con galletas, les dan un poco de calor y un poco de compañía. No seré yo el que critique a aquellos que hacen lo que no hacemos ninguno de nosotros, porque ellos al menos son la reserva de humanidad que necesitamos perentoriamente. No seré yo el que critique al que regala su tiempo a los que nadie ni siquiera mira por temor a que le pidan algo. Pero siempre que les veo me pregunto si no será solamente dar un poco mas de oxigeno al condenado a muerte. Y posiblemente sea así, pero es que los condenados a muerte aprecian ese oxigeno y que alguien les trata como lo que son, como personas.

Pero a mí me gustaría más que, acompañando a esta gente de bien, fueran unos cuantos políticos en temporada baja, lejos de las campañas electorales, para que eso dejara de ser caridad y entrara directamente en los presupuestos generales del Estado, por la vía de la decencia.

sábado, 29 de noviembre de 2008

El ciudadano horizontal /1

Le vi allí, vestido de cartones, con un refuerzo de ropas que jamás conocieron las tendencias del mercado y mucho menos la talla adecuada. Embutido en un saco de dormir al cobijo de los soportales del Teatro Real.

Dormía cuando los demás trabajaban, y posiblemente dormía porque antes se había emborrachado con ese vino tinto en cartón que le ponía los dientes negros y del mismo color el estómago, el hígado y el alma, porque el alma es lo primero que se oscurece cuando todo te abandona. Seguía fumando cigarrillos robados al tiempo y a la buena voluntad, y a veces al miedo, de aquellos a los que sonríe mostrándoles la mella del tabaco, el alcohol barato y el tiempo.

Nadie sabe su nombre, y lo que es peor, a nadie le importa, si se sabe que es incomodo para Juan Carlos aparcar la moto en el mejor sitio, y Benito a la hora que viene es imposible que la deje allí. Es un borracho que vive al raso de la ciudad, igual de inhumana que todas las grandes ciudades, que da cobijo a muchos y a algunos los expulsa a la calle, probablemente haya una historia de desengaños y celos detrás de ese hombre, quizás fue un deportista de élite o un as de las finanzas, pero hoy solamente es un estorbo para las motos, una mala imagen para los turistas, un referente pasivo para los viandantes y una vida al limite que a nadie interesa.

Mientras los demás ciudadanos se dirigen a sus trabajos, pasean, circulan, se pierden todos ellos en su correcta posición de homos erectus, el ciudadano horizontal permanece ajeno a esas tareas que la vida encarga a los que en la vida tienen un cometido concreto, y su vida nada tiene que ver con cualquier horario decente, por muy extraño que este sea. Mas que probablemente hará sus necesidades en los alrededores, las necesidades mingitorias, porque sus necesidades sexuales parece ser que las soluciona bajo la intimidad de los cartones, para escándalo de los que por allí circulan y por los que allí trabajan. Porque una cosa es que un hombre esté medio congelado y tumbado en la calle, y otra muy distinta que se adivine que está realizando el pecado de Onan en la vía publica.