lunes, 26 de octubre de 2009

Verónica /23

Se enteró de que acabó la película porque se encendieron las luces y la gente se puso en pie, le pareció muy corta, y a la puerta del cine, aún con la cara de recién levantado que se le había puesto, apenas pudo entender lo que era una despedida de ella y apenas sintió dos besos de cortesía que el apuntó en el aire, adiós dijo, y se fue cariacontecido, mirando al suelo sin darse cuenta, en un itinerario errante que le conducía a ningún sitio.

Estaba confuso, estaba harto, su vida era una tremenda noria dando vueltas que no llegaban a alcanzar nada, no era un error, ni siquiera una decisión no acertada, era la indecisión, el descontrol, el carecer de los mandos de la nave, el no poder dirigir su vida que pendía de los hilos que manejaba una mujer que no hablaba, que actuaba, que intermitentemente se introducía en sus cosas y siempre tras una fugaz aparición desaparecía,

Otra vez perdido por las calles de la ciudad, sin prisa ni destino, al albur del destino, sumergido en sus pensamientos que giraban y giraban en torno a lo mismo, preguntas sin respuestas, respuestas que no le gustaban, preguntas mal planteadas, ideas no matizadas, y vuelta a empezar.

Y en una calle perdida, tras mucho tiempo de caminata, tras dar mil vueltas a todo, lo vio claro, o al menos tuvo la lucidez de ver lo que hasta entonces no había visto, ni siquiera había sospechado, su problema, su concreto y auténtico dilema era que no sabía que le pasaba, no era una situación de infelicidad, no era un escollo insuperable, no era una realidad imposible de superar, simplemente no tenía ni la mas remota idea de lo que estaba pasando y ese era el problema.

Esa mujer había estado haciendo con él lo que había querido durante meses, había desaparecido y aparecido sin los patrones que él conocía en las mujeres, no había podido aplicarle todos los trucos que sabía porque no le había dado ni la mas mínima oportunidad de poder hacerlo, ella estaba veinte kilómetros de avance sobre lo que él pensaba, y eso era lo que pasaba, le tenía desconcertado, le tenía atrapado en sus dudas, perdido en su ignorancia para manejar una situación que jamás antes le había sucedido.

Ya sabía cual era el problema, era un primer paso, al menos ya sabía que no sabía nada, pero no sabía como solucionarlo, es más, desconfiaba incluso que aunque supiera la solución la llevara a cabo, ya había tenido la experiencia varias veces con ella de saber lo que debía hacer y hacer justo lo contrario.

Lo que tenía que hacer, lo que tendría que haber hecho hacía tiempo ya, es verla como a cualquier otra mujer, como el solía ver al resto de las mujeres, si le atraían, las examinaba, les hacía la comprobación de rutina y si le seguían gustando desplegaba todas sus habilidades con el único fin de llevarlas a la cama. Casi siempre le funcionaba y lo lograba, pero tanto si lo lograba como si no, la historia terminaba cuando había conseguido lo que quería o después de haberlo intentado, nunca antes de intentarlo, y estaba pasando.
Ese fue su error, el haberle tratado de manera diferente, el haberse dejado arrastrar por aquel ciclón, con ese bailecito de caderas que le volvía loco, ella llevaba la iniciativa y eso, era la clave del asunto, el que manejaba los mandos no era él, era ella, y ella marcaba los ritmos y las pautas, el tempo y la armonía, ella era la que controlaba la situación desde el principio, y él no solo no había hecho nada para solucionarlo, sino que estaba tan ocupado en preocuparse por él mismo que no se había dado cuenta hasta ese momento.

© 2009 jjb

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