viernes, 6 de marzo de 2009

Gracia /13

¿Cómo se lo digo a la niña?, ¿Cómo se lo dirá a la niña?, marido y mujer volvían a coincidir, esta vez en sus pensamientos, pero la cosa no estaba sencilla, el asunto era no despertar otra vez los fantasmas, no desatar la tormenta, los datos escasos, por no decir nulos, no indicaban muy bien porque se enfado, no se conocía como es posible que mantuviera su postura durante tanto tiempo, incluso era curioso como padre e hija habían acabado viviendo vidas paralelas en el sofá del salón.

Se había dado dos días, menos mal, y pensaba agotarlos, pero mientras tanto pensaba en posibles escenarios, quizás trasladarle la responsabilidad, ¿quiere que salgamos a dar un paseo?, pero se sorprendería después de tanto tiempo, y lo que era peor, podría decirle un no tajante que terminaría con cualquier otra posibilidad y con cualquier eventual plan alternativo. Quizás, un mandato, suave, cariñoso, Gracia, cariño, que te vista mama que nos vamos a la plaza, podría ser una formula, siempre quedaba el riesgo a la negativa, y lo que aun le parecía peor, la indiferencia, que no hubiera respuesta, que siguiera contemplando la televisión. Eso tenia mal arreglo, porque lo lógico, con otro hijo, seria meterse en una discusión en la que se podía subir la voz, ella se enfadara, el subiera el tono de su enfado hasta un nivel no deseable y con una solución que podría terminar con las lagrimas de Gracia en la falda de su madre. Menuda papeleta.

Gracia miraba las imágenes sin verla, y pensaba como poder acercarse a su padre, el podía seguir enfadado, aunque pensaba que no, pero no quería que papá se enfadara como lo hacia con sus hermanos, porque no estaba muy segura de poder aguantar una de aquellas discusiones que había presenciado y que le habían hecho llorar, siempre se ponía al lado de papá, pero ahora las cosas habían cambiado, y podía entender un poco, solo un poquito, algunas actitudes de sus hermanos. Habían hablado mamá y el, como siempre que no querían que ella se enterara habían cerrado la puerta de la habitación y solo había oído la voz de mama con ese soniquete que se le ponía a veces y que con ella nunca utilizaba. ¿Qué podría hacer?, ¿como decírselo?, de momento hoy por lo menos no diría nada, mañana será otro día.

Gracia esta muy ensimismada con la televisión, mejor es no decirle nada, como echo de menos darle aquellos besos que le daba, cuanto mas sonaban mas gracia le hacia, como nos reíamos, como echo de menos aquellas tardes que volvíamos los dos a la niñez, a la ingenuidad, a olvidar los problemas de la oficina, todos los problemas, todo el día pensando en que inventaría aquella noche, imaginando cada vez mas cosas descabelladas, mas locuras, con el único fin de que Gracia lo pasara bien, pero sin que nadie lo supiera, el lo disfrutaba tanto o mas que ella, con su niña, que le aceptaba las mayores locuras sin reproches, sin mas exigencia que la diversión, la risa, el constante jaleo de la sorpresa, el echaba de menos aquello mucho mas que ninguna otra a la que la enfermedad le había obligado a renunciar, porque aquello le hacia sentirse mucho mas cerca de Gracia, pero también mucho mas cerca de su infancia y de todo lo que ya había olvidado de ella. Hay un lugar escondido en algún sitio de la mente de las personas, en las que esta encerrado aquel niño que dejo de serlo, y es tan fuerte y tan infranqueable la puerta del sitio en el que se guarda, que la mayoría jamás podrán sacar aquel niño que aun vive allí, algunos, muy pocos, logran hacerlo, y consiguen la felicidad, que solo conociendo lo que es la ingenuidad después de haberla perdido, puede conseguirse tan generosamente, y eso, solo eso, es la felicidad.

Era muy tarde ya, y sobre todo era día trece, y jamás le había gustado tomar las decisiones en algo que tuviera trece, por eso, y porque no tenía un argumento mejor para justificar sus miedos, decidió aplazarlo todo hasta el lunes. Y se lo repitió queriendo así afianzarse en su decisión, el lunes hablaremos.



© 2009 jjb

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicidades, te estas superando cada dia, me encanta leerte, tus cuentos son tan reales,que a veces parece una biografria. Gracia, cara de guapa,es una de las frases mas bonitas que he leido.
Quiero darte las gracias, por que haces que todos los dias a las 12 hora Cenicienta, me hagas pasar un ratito agradable.
un saludo.

Anónimo dijo...

Vernos con los ojos del niño que fuimos?. Dejar que nos inunde la infancia en algunos momentos, es lo mas preciado si somos lo suficientemente fuertes para asumirlo, para no sentirnos vulnerables, si nos damos permiso para creer en los sueños. ..
Te leo.
Un saludo.