miércoles, 4 de marzo de 2009

Gracia /11

Esto no puede seguir así, Antonio, no puede, te pasas el día delante de la televisión, con la niña al lado, no respetas ni las comidas, no hablamos, no decidimos cosas, soy yo la que tiene que decidir todo, no haces ejercicio, mira como te estas poniendo de gordo, no tenemos vida social, hace meses que no visitamos a nadie, por no decir años, y esto no puede seguir así. Yo comprendo que después de lo tuyo hayas pasado una temporada mala, pero es que ya hace un año, quizás un poco mas, y esto no cambia y esto no puede ser, no admito que te pases las horas y los días delante del televisor y no te levantes ni para hacer pis, y que cuando te llame para comer tardes mas que la niña, y ni siquiera te levantes cuando suena el timbre de la puerta, que ni comes, solo engulles por no perderte ni un segundo de la televisión, ¿tu sabes cuanto hace que no toco el mando a distancia?, que hasta te acuestas con el, que parece un misalito, que no Antonio, que no, que esto se esta pasando de castaño oscuros, que esto no puede seguir así.

El no salía de su asombro, aunque ella seguía hablando, soltando toda aquella perorata larguisima, pero lo que mas le había sorprendido es que tras años y años de matrimonio le había llamado por su nombre, el había supuesto hace mucho que lo había olvidado porque se refería a el como cariño, cielo, oye, incluso por el nombre de su hijo, y lo peor, había estado una temporada llamándole por el nombre de su suegro, pero ya no recordaba la ultima vez que le había llamado Antonio, lo cual le daba una referencia muy aproximada de la gravedad del asunto que le había llevado a ella a hacer memoria y sobre todo hacer énfasis en el nombre para que supiera en que terreno se estaba moviendo. El caso es que aunque no lo había pensado, realmente poco o nada había pensado en los últimos tiempos, era cierto que aquello ni era vida ni era nada, todo el día allí sentado, oyendo idioteces, viendo idioteces, haciendo el idiota, pero por otro lado no tenia que trabajar, no tenia que pensar y era la única actividad aceptable dentro de las pasivas, peor hubiera sido quedarse en la cama, o estar todo el día en un banco de la plaza, o como hacían algunos de sus amigos prejubilados pasarse el día entero en el bar, y esos si que no tenian problemas con sus mujeres, porque estaban fuera de casa posiblemente y no eran un inconveniente para ellas, pero el se pasaba el día en casa, y no realizaba mas actividad que darle al mando, que ni siquiera era una actividad mental porque tenia ya aprendidas las horas en las que ver los programas mejores, bueno, los que mas le gustaban. Tenia razón, lo cual daba igual, porque aunque no la tuviera iba a dársela siguiendo su estrategia habitual, pero aun no podía dársela porque ella seguía con aquella explosión de palabras que tarde o temprano acabarían en algunas conclusiones que esperaba no fueran irreversibles.


Y claro la niña te ve, menudo ejemplo para la niña, debes salir, debes estar con señores que estén en tu situación, algún día te puedes llevar a la niña a la plaza, ir a comprar como van todos los maridos que tienen tiempo, ir al bar, ¿por qué no?, pero no pasarte las horas muertas en casa, que hay que airear Antonio, que hay que limpiar, que no se puede estar día y noche sin salir de casa, sin hablar, que ya ni me llevas la contraria, que no me preguntas ni la hora, aunque no te pongas el reloj que te regale, que no puede ser Antonio.

Y seguía desplegando su interminable lista de quejas, algunas que habías estado guardadas a la espera de la ocasión y que correspondían a defectos y faltas ya prescritas, pero que en su día fueron contempladas, con la insistencia de un entomólogo, la precisión de un cirujano y la dedicación de un filatélico ella seguía allí con el tono escogido de breve run run de regañina leve, pero que a fuerza de ser larga e insistente se iba convirtiendo en molesta, en muy molesta porque ya llevaba un buen rato de exposición sin fin.


© 2009 jjb

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