viernes, 9 de abril de 2010

Sancha /13

Pero posiblemente fueran muchos más. Tuvo un romance tórrido con la aristócrata francesa Mélanie de Gaufridy de Dortan, fruto del cual nació su hijo Roger. Con la actriz española Carmen Ruíz Moragas tuvo dos hijos Ana María Teresa y Leandro Alfonso, a los que el rey jamás reconoció y adoptaron el apellido de su madre.

El rey tuvo al menos dos hijas con diferentes institutrices de sus hijos, al fin y al cabo todo quedaba en casa. La primera fue abandonada en un convento de Madrid y la otra, Juana Alfonsa Milán, la tuvo con Beatriz Noon, una institutriz inglesa que había traído su suegra a España.

A Sancha le molestaba tanta similitud entre el nieto Alfonso y su abuela Isabel. Al menos Alfonso convivía con su mujer y tenía hijos con ella, pero aquello rozaba la locura y sobrepasaba todos los límites de la decencia. Era comidilla diaria, estaba en boca de todos y todo el mundo tenía su opinión y lo que más le sorprendía a Sancha es que a muchos les hacía gracia y les gustaba aquella forma de vida del Rey.

Un día oyó a unos mayoristas de frutas, que se sentaron en su banco, que el rey tenía un edificio en la calle Mayor, en el número 61. Esa casa no tenía portal, a la altura de la calle sólo había una papelería, y por allí entraba el rey torciendo después a la derecha una vez dentro del comercio y a través de una puerta simulada subía a las plantas superiores. También por allí, por el mismo procedimiento, subían mujeres preferentemente jóvenes que pasaban allí las horas en buena compañía según aseguraban aquellos mayoristas.

Muchos años después, cambiado el siglo, cambiadas tantas cosas, todo ha cambiado, todo es distinto. Pero en el año de Dios de 2010 entre el número 59 y el 63 de la calle Mayor de Madrid no hay ningún portal y sí un edificio que a la altura de la calle tiene una tienda de bordados y recuerdos para turistas. Quién sabe quien vive en los pisos superiores y quién sabe como entraran a sus casas. Seguramente tendrá una explicación lógica, un razonamiento posible y probable, pero mejor es quedarnos con la idea de ese edificio de Madrid sin portal que nunca ha salido en las guías turísticas y que alimentó la leyenda de un rey y sus circunstancias.

También fue el rey un hombre adelantado a su tiempo y liberado de prejuicios y de ideas conservadoras. Fue promotor de la realización de películas pornográficas que bajo la tutela de su fiel amigo y cómplice el Conde de Romanones, en Barcelona, llegaron a rodarse, y hoy se pueden, ver películas como “El confesor”, “El ministro” y “Consultorio de señoras”. Todas ellas encargadas por el conde a la productora Royal Films, de nombre acorde con el promotor y todas ellas del mismo género.

Un día de Abril de 1931 los partidos republicanos ganaron las elecciones municipales. Lo cierto es que no fue una victoria abultada. Ni siquiera podría definirse como una victoria, puesto que aún quedaban muchos resultados por saberse. Pero los resultados en las grandes capitales, sobre todo en Madrid y en Barcelona, eran aplastantemente favorables a los republicanos que entendieron aquello como un plebiscito. Exigieron que se fuera el rey y así lo hizo un 14 de Abril. Esa noche montó en su coche, un deportivo americano marca Duesenberg y a través de la salida secreta del Campo del Moro salió fuera de Palacio y se dirigió a Cartagena, desde donde embarcó en un barco que le llevó a Marsella y desde allí se desplazó a París en donde comenzó su exilio.


© 2010 jjb

votar

Add to Technorati Favorites

1 comentario:

Anónimo dijo...

" No renuncio a ninguno de mis derechos, porque más que míos son depósito acumulado por la Historia, de cuya custodia ha de pedirme un día cuenta rigurosa.."

Alfonso XIII, 13 de Abril 1931