martes, 3 de noviembre de 2009

Verónica 29

Verónica es mi amiga, lo ha sido desde hace años, uña y carne, me contaba todo lo que hacía, su vida repleta de hombres, saturada de aventuras, siempre ha sido una mujer muy atractiva y nunca tuvo problemas morales, los hombres se volvían locos por ella, bueno qué te voy a contar a ti.

Su mirada se convirtió en burlona, quizás en cómplice, ¿Qué sabía Lola?, o mejor dicho ¿Qué sabía él de todo este barullo?, era increíble, era imprevisible, era inaudito, pero seguía escuchando a Lola que era otra Lola, diferente, aún más atractiva.

Por hache o por be un día estábamos aquí, hablábamos de cosas y de repente algo pasó, no sabría decirte qué, una atracción, un impulso, no lo sé, el caso es que hicimos el amor como dos adolescentes, como dos principiantes, como dos niñas. Nunca había sentido nada igual y ella tampoco, fue epidérmico, fue increíble y nos enrollamos. Sí, ella con sus historias y yo contigo, cada una con sus cargas, y nos amamos, o así creo yo que era lo que sentíamos, pero tú seguías ahí siempre, puteándome constantemente y yo aceptándote, sabía cómo eras, sabía lo que hacías, sabía lo que eras y lo que pretendías de mí.

Todo fue bien al principio, ella sabía de mi vida, yo de la suya, compartíamos todo, estábamos mucho tiempo juntas, nuestra relación sólo se interrumpía cuando aparecías tú, siempre con la misma cadencia y siempre ella aceptaba que estuviera contigo, siempre admitía lo nuestro porque lo nuestro, entre tú y yo, era nada.

Calla, no digas nada, déjame terminar, ya hablaras tú. De repente todo cambió, Verónica se hizo más posesiva, quería controlarme más, no quería que estuviera con nadie y sobre todo no quería que te viera a ti. Empezaste a convertirte en una obsesión para ella, empezaste a ser un problema en lo nuestro, no para mí, pero a ella se le caía el mundo encima cada vez que se acordaba de ti, y cada vez se acordaba de ti más a menudo.

Estoy cansada, pero quiero que me escuches hasta el final, quiero poner fin a esta locura y quiero que tú no seas un invitado de piedra en esta historia que no debería haber sido así, calla, de verdad, calla.

Él no había articulado palabra pero Lola sabía que su gesto era de hablar y puso coto antes de que pronunciara una sola sílaba, no podía creer que aquello estuviera sucediendo pero a cada momento que pasaba se adaptaba a la nueva situación, intentaba convivir con la realidad por inverosímil que le pareciera, intentaba estar a la altura de la circunstancias aunque las circunstancias fueran como él no quería que fueran.

Sólo una cosa Lola, por favor, sólo una cosa, ¿por qué no me dijiste nada?, ¿por qué?, dímelo, creo que tengo derecho a saberlo, debes decírmelo, ¿por qué?

Por favor, por favor, una sola vez en tu vida escúchame, sólo una vez. Déjame que te lo cuente todo, no es fácil, pero no busques atajos. Déjame explicarte los hechos y mis sentimientos, no tengo por qué, pero quiero hacerlo y sólo te pido que me escuches hasta el final, es lo único que te pido, por favor, sólo escúchame.

Lola

Escúchame por favor, escúchame.

© 2009 jjb

votar

Add to Technorati Favorites

No hay comentarios: