miércoles, 24 de junio de 2009

Camino: Cómo se hizo /3

Lo de los garbanzos a los caballos gigantescos de los grises no en Salamanca, pero sí en Madrid, lo he visto yo, que también he corrido lo mío delante de ellos, con o sin caballo, sin ningún mérito ni honor. Yo soy de esa generación de jóvenes, que en su día luchábamos contra una dictadura a favor de una democracia, sin una ideología, un partido o una organización a la que pertenecer. Cuando llegó la democracia, se acabó nuestra actividad y llegó el desencanto de ver que las cosas podían ser mejor, pero con la certeza que nunca más una dictadura, sea del tipo que sea, para nosotros ni para nuestros hijos.



Las colas de la Plaza de Oriente fueron para mí y para muchos de los que lo vieron, algo sorprendente; durante días cerraron mi barrio, pusieron megafonía con cánticos fúnebres y se formaron unas colas de cientos de miles de personas que se desarrollaban por kilómetros y kilómetros. Como era tanta la gente, hicieron tres con recorridos diferentes que confluían en la puerta de entrada al Palacio Real, yo desde mi casa oía día y noche esos cánticos que recordaban la muerte del dictador. A mí me sorprendió muchísimo aquella cantidad ingente de gente, pensaba que al morir Franco, desaparecería el miedo y todos buscaríamos una fórmula de convivencia más razonable, aquello no me cuadraba. Sé que muchos de los que pasaron por allí hoy están cómodamente instalados en el poder y sin ningún pudor asistirían a ver al rey expuesto en el mismo sitio, aunque haya sido ese Rey el que desmontó pieza a pieza el régimen anterior, pero el ser humano es mudable.

votar



Add to Technorati Favorites

No hay comentarios: