martes, 30 de junio de 2009

Alonso II

ca. 760-842

Hijo del rey asturiano Fruela I y de la cautiva vasca Munia, debió esperar largo tiempo y cuatro reinados hasta que en 791 pudo ser él coronado, después de haber sido apartado del trono en 768 y dep
uesto en 783. Solicitó ayuda al poderoso monarca franco, Carlomagno, contra los musulmanes de al-Andalus, que le atacaron en numerosas ocasiones a lo largo de su reinado (él saqueó Lisboa en 798) y contra la herejía adopcionista. Guiado del deseo de vincular la monarquía asturiana con la visigoda ("neogoticismo”?) acometió una importante reforma de su reino: creó nuevas instituciones de gobierno; impulsó la repoblación, aunque sin conquistar territorio alguno; dotó a Oviedo, a donde trasladó la capital, de numerosos edificios que hizo construir o reformar y reorganizó la iglesia asturiana, creando en esa ciudad una sede episcopal. En su tiempo se creyó descubrir en Galicia el sepulcro del Apóstol Santiago, ya entonces convertido en destino de peregrinos. Por no haber contraído nunca matrimonio tuvo el sobrenombre de “el Casto”

Se dedicó a reforzar las estructuras internas del reino, labor que habitualmente se ha sintetizado en una frase de la Crónica Albeldense sobre su reinado: "Omnemque gotorum ordinem, sicuti Toleto fuerat, tam in eclesia quam palatio in Ovetao cuncta statuit" (“Y todo el ceremonial de los godos, tal como había sido en Toledo, lo restauró por entero en Oviedo, tanto en la Iglesia como en el Palacio”)


Alonso II, según este ideal, creó el Palatium, una nueva corte inspirada en el Aula regia visigoda pero más rudim
entaria, con unos próceres o magnates (consejeros laicos y eclesiásticos) un mayordomo (rector del palacio) un notario, un strator o caballerizo y uno o varios condes palaciegos (comitiva real, probablemente sin función definida). Al frente de cada una de las mandationes (divisiones territoriales) existentes colocó un iudex o conde con atribuciones militares y judiciales. En el campo de la justicia aplicó, con limitaciones, el uso del Forum iudicum, una variante del Liber iudiciorum visigodo.

Alonso II no realizó nuevas conquistas, de modo que las dimensiones de su reino fueron las que tenía bajo sus inmediatos predecesores: de Galicia a Álava y Castilla, con las montañas como frontera sur en líneas generales (se suele hablar ya para esta época de la existen
cia de un desierto estratégico o tierra de nadie entre las montañas y este río). En cambio, sí fomentó la repoblación de sus dominios, directamente a través de concesiones personales (las menos), o bien indirectamente mediante la confirmación de los frecuentes asentamientos monásticos o privados. Galicia, el Bierzo, Liébana, Álava y la Castilla más septentrional recibieron por entonces pobladores asturianos, cántabros o incluso mozárabes que llegaban del sur. Fruto del crecimiento demográfico fue, por ejemplo, la fundación en 804 del primer obispado castellano libre, el de Valpuesta, para dar atención espiritual a los recién llegados. También Brañosera, en Palencia, obtuvo su carta puebla en 824.


Reconstruyó y engrandeció Oviedo, la “nueva Toledo”, según un verdadero plan monumental, utilizando un estilo constructivo inspirado directamente en modelos romanos (renovatio). Fueron estos los orígenes del arte asturiano. Así, edificó un palacio que incluía la Cámara Santa (capilla relicario que existe aún hoy, donde se guardaban, además de reliquias traídas del sur, la valiosa Cruz de los Ángeles donada por el rey el año 808, y que fue lugar de peregrinación), con la catedral de San Salvador al norte y junto a esta la iglesia-panteón real de Santa María del Rey Casto y la de San Juan Bautista (hoy San Pelayo). Al suroeste, la iglesia de San Tirso. En el lado contrario estaba el monasterio de San Vicente, primitivo origen de la ciudad y por tanto anterior a Alonso II; también lo eran el palacio y la catedral, per
o en este caso el monarca los levantó de nuevo casi por completo. Todo este conjunto estaba rodeado por una muralla. Fuera de ella, pero en las proximidades, la iglesia y residencia regia de San Julián de los Prados (Santullano), una de las muestras más importantes del arte prerrománico asturiano y algo más apartadas, las de San Pedro de Nora y Santa María de Bendones.

En la revitalización de la piedad tuvo esencial protagonismo el descubrimiento del sepulcro del Apóstol Santiago en Compostela (lo que, se tratase o no de él, fue trascendental para la religiosidad y cultura medievales). Hacia el año 829 Teodomiro, obispo de Iria, creyó, tras examinar unas tumbas que le indicó un eremita llamado Pelayo, haber encontrado los restos de Santiago el Mayor en un lugar situado a una quincena de kilómetros al noreste de su sede. Teodomiro trasladó allí su sede y Alonso II oficializó el descubrimiento al construir sobre los sepulcros un sencillo templo. La noticia se difundió rápidamente incluso más allá de los Pirineos, organizándose todavía en vida de este monarca la peregrinación peninsular, las primeras rutas del conocido “Camino de Santiago”.


Fuente: EUM

Wikipedia


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