jueves, 18 de diciembre de 2014

Algunas razones por las que llevo lustros odiando la Navidad / 4

Desigualdad


Esa gran diferencia que se ve, que se palpa. Esa distancia entre las personas que crece con la Navidad. Yo ya no recuerdo la última vez que comí angulas, es mas dudo que haya comido angulas alguna vez. Y sin embargo estoy seguro que en algún oscuro rincón de un despacho ministerial, en una residencia oficial o en un palacio alguien, mas de uno quizás, se van a poner hasta el culo de angulas. Esas son las desigualdades que se agudizan en estas fechas. Hay diferentes desigualdades, todas odiosas, y aquí traigo este botón, él uno de los compositores que mas canciones de amor y mas embarazos no deseados ha producido, ella un pibonazo. Les une que ambos son cantantes, que ambos son muy conocidos y que ambos tienen una larga vida sentimental que discurre por caminos distintos (digo yo). Pero les separa esos centímetros, apenas nada, una distancia que en altura provoca ese tremendo desnivel generacional, vertical y total. Si a eso le unimos que a don Armando a pesar de los años se le nota que no ha rebajado su mayor afición aunque los recursos si hayan menguado, hace que el pibon sea totalmente consciente en el minuto 2:18 del vídeo, haciendo como si fuera casualidad, que a don Armando se le desvía su mano hacia el culo de doña Susana, mano que reposa unos segundos, nada, en dicha parte anatómica. Un poco después doña Susana le mira como diciéndole que te crees que me voy a creer que es casualidad y ambos se funden en una sonrisa cómplice pero alejada, y es que las Navidades alejan mucho los deseos de las realidades y no pueden ser buenas porque sacan de nosotros nuestras mayores diferencias y deseos inconfesables.


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